miércoles, 8 de abril de 2009

El resurgir de la pianista

Corría marzo de 1994 y acababa de cumplir 36 años. Las apuestas hablaban de un triunfador en blanco y negro mientras, apenas una hora antes, una niña le había arrebatado el que podría haber sido su primer Oscar, después de un intento fallido seis años atrás. Y, sin embargo, fue su noche.
El papel de Ada, la pianista muda de The Piano, sirvió a Holly Hunter (Conyers, Georgia, 1958) para hacerse, sin pronunciar una palabra, con el galardón a la Mejor Actriz de un año que alumbró películas de la talla de Schindler’s List, In the Name of the Father, Philadelphia, The Fugitive o The Remains of the Day, todas ellas piezas imprescindibles de la cinematografía anglosajona del siglo XX.

Pero, como suele ocurrir en un mundo que vive del culto a la imagen, Holly Hunter se hizo mayor y dejó de existir para muchos de esos directores que, sólo unos años antes, se pegaban por contar con su presencia; aunque ella se negó a ser borrada del mapa y su persistencia tuvo el más que merecido premio de una nueva nominación, esta vez como Actriz de Reparto por su papel de madre coraje en la inclasificable Thirteen. No ganó, pero le sirvió para firmar una más que digna despedida de un negocio que ya había dejado claro que no quería saber nada más ella.

Con Hollywood dándole la espalda y ofreciéndole papeles mediocres, llegó la oportunidad de la televisión, ese medio que en los últimos tiempos ha servido para rescatar del olvido a algunas de las más grandes (Glenn Close, Geena Davis, Mary Louise Parker, Laura Linney, Sally Field…) situándolas al frente de series que poco tienen que envidiar, en cuanto a su calidad, a las películas que salen de los estudios angelinos.

Así llegó a sus manos el papel de Grace Hanadarko, una policía de Oklahoma, deslenguada y autodestructiva, cuya vida empieza a cambiar tras conocer a Earl, su ángel de la guarda en Saving Grace. Un papel que la ha devuelto al primer plano de la actualidad interpretativa y ha confirmado lo que muchos ya sabían, que Holly Hunter es una buena actriz, con o sin piano, muda o sin dejar de hablar.

Además, para alegría de muchos cinéfilos, Hunter no ha vuelto sola, sino que se ha traído consigo a Laura San Giacomo (Sex, lies and videotapes, Pretty Woman) a quien la televisión ha otorgado la oportunidad de conseguir el éxito que injustamente le ha negado el cine. ¿O es que nadie recuerda ya a la genial Kit de Luca?


Saving Grace se emite en Estados Unidos en el canal TNT; en España, Cuatro estrenó la primera temporada y tiene pendiente la segunda.